Utilizamos el bulbo piloso del cabello y las células del epitelio bucal como biomarcadores principales. La complejidad funcional de los folículos pilosos lo convierte en una fuente perfecta para proporcionar resultados integrales basados en su bioinformación; recordemos que el músculo erector del pelo, detecta constantemente no sólo los cambios de temperatura y presión atmosférica, sino también las vibraciones y frecuencias del ecosistema y el área circundante.
Usando nuestra tecnología somos capaces de identificar secuencias dentro del genoma que tienen algún tipo de actividad bioquímica e identificar necesidades nutricionales o factores ambientales que influyen en la expresión de sus genes.
Con el dispositivo S-Drive rastreamos estas secuencias y las procesamos en el laboratorio Alemán, para brindarte resultados completos basados en su bioinformación.
Nuestros investigadores cada día encuentran más evidencia científica sobre cómo diferentes condiciones o necesidades nutricionales, emocionales y medioambientales afectan la expresión génica.